viernes, 30 de marzo de 2012

RECOMENDACIONES SOBRE LAS PALABRAS IMPRECISAS DENTRO DE UN TEXTO



CUIDADO CON LAS PALABRAS COMUNES


Uno de los problemas más comunes cuando se busca redactar textos eficientes  es encontrar   las palabras adecuadas dentro de la intención del texto. 
Muchas veces - ya sea por descuido o por ligereza - recaemos en el uso de palabras usadas con demasiada frecuencia y para casos distintos. Ese el caso de palabras como los sustantivos "cosa" que, por cierto, puede ser desde una ideas hasta un monumento. Igual sucede con adjetivos como "bonito" que puede aparecer en textos tan diferentes como la apreciación de una película hasta la descripción de de un edificio. De igual manera, en la redacción se tropieza con los llamados verbos "baúl" que aparecen sembrados en el texto con excesiva frecuencias. Verbos como "tener", "hacer", "poner" suelen reemplazar a otros verbos que podrían ser más expresivos.
Ahora bien, no estamos afirmando que estas palabras no deban usarse; lo que buscamos es recomendar  que su uso no se extralimite más allá de los necesario.

jueves, 15 de marzo de 2012

MODIFICACIONES EN EL USO DE LAS MAYÚSCULAS


En la presentación del capítulo sobre el uso de las mayúsculas que hace la Ortografía de la lengua española se dice que, en contra de lo que cabría suponer, las letras mayúsculas son anteriores en el tiempo a la minúsculas, que hacen su aparición en época relativamente tardía. La minúscula se instala, más o menos, a mediados  del siglo II d.C.
Como sea, lo cierto es que con el tiempo, y mientras la escritura se convertía en una de las herramientas más útiles de nuestra civilización, las recomendaciones de uso para la mayúsculas y minúsculas se fueron haciendo más complejas, aunque, claro, importantes para la buena escritura.
Para cuando la RAE se instaló como institución rectora del buen uso de la lengua castellana, había distinciones de uso (entre mayúsculas y minúsculas) para todos los gustos. Por supuesto que la tarea de quienes querían redactar con cierto estilo se fue haciendo más difícil. 
Ahora bien, aunque el propósito de las instituciones normativas del idioma es la de allanar el camino de los escribientes, no siempre lo consiguen. Peor aún, sucede que después de una nueva edición que impone cambios, a veces aumentan las confusiones. 
Por ejemplo, la reciente edición de 2010 presento algunas modificaciones; y aunque no  fueron muchas en verdad, sí removieron el escenario ortográfico. Por supuesto que no todos estuvieron de acuerdo con ciertas modificaciones, y eso es también algo normal en campos discutibles como la ortografía. 
En este post, y seguramente en algunos más, iremos presentando algunas de estas modificaciones en el uso de las mayúsculas.  

jueves, 1 de marzo de 2012

DUDAS SOBRE LA TILDE EN "SOLO", "ESTE", "ESE", "AQUEL"...



A pesar de que este asunto ya está normado desde la Ortografía de la lengua española de 1999, la duda sobre su tildación o no, todavía sigue complicándoles la redacción a muchos escribientes que se topan con estas palabras, y de pronto, la gran duda: se tildan o no se tildan.
Pues ya no, y punto. Si necesitan un respaldo académico,  hagan referencia a la Ortografía de la lengua española 2010. En ella se prescribe lo siguiente: “… a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras”.
EXPLICACIÓN
Ahora bien, ampliando un tanto el tema, se explica lo siguiente: “La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s".
No obstante, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos (este, ese, aquel...) para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos. Esto, por ejemplo, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes:
- Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’]
Para evitar su confusión con 
- Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]
Lo mismo sucedía con
-  ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración)
Frente al siguiente caso
- ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (aquellos acompaña al sustantivo libros).

     Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumplía con el requisito fundamental que debería justificar el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras formalmente idénticas, pero de distinta función gramatical. Por ejemplo la tilde diacrítica para distinguir "" como verbo de la preposición "de" sin tilde. 
        Por esa razón, explica la Academia,  se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. Además, agregan que las posibles ambigüedades pueden resolverse por el propio contexto comunicativo. En todo caso - comentan con vena de escritores - siempre pueden evitarse, buscando otras palabras u otros giros al enunciado.
          En lo personal, me acomodaba más la prescripción anterior que recomendaba la tildación para distinguir su función. Pero, ni modo, las circunstancias cambian y, al parecer, la voluntad de de la Academia es allanar el camino sinuoso de la ortografía castellana para hacerla más querible por parte del hablante. No lo sé. No creo haya muchos homínidos castellanos que hayan llevado el curso de ortografía con mucha fascinación que digamos.